lunes, 14 de junio de 2010

Un chero en Tela, Honduras (parte 4)

El anochecer nos sorprendió rápido en la playa. Tras un tiempo tan extenso en puro viaje, decidimos que era urgente comunicarnos con la familia en El Salvador, así que buscamos un ciber café. Esto fue, además, una excusa para en la zona hasta cerca de la siete, justo cuando el llamado de la cena nos invitara a seguir vagando por aquellas tranquilas calles.
Era una noche de jueves. No era un viernes o sábado, y por ello la actividad era bastante baja. Esperábamos cenar en el restaurante-discoteca "La Iguana" (el cual pone música de los setenta y ochenta ese día preciso, según la guía Honduras Tips) pero no vimos actividad a esa hora. Y fue lo mejor que nos pasó, ya que nos dio la opción de entrar a "Yellowman's": Atención de primera, una deliciosa chuleta asada con "rice and beans" y dos cervezas... ¿Les he dicho antes cuánto adoro Honduras?

Qué rico es Tela. Con cerveza Imperial o Salva Vida es mejor.

Esa noche la pasamos en el Hotel Mango, disponiendo de televisión por cable, baño privado y ventilador de techo. Temprano en la mañana, por fin iba a disfrutar de lo que más había añorado: un chapuzón en aguas del Mar Caribe. No es algo que un salvadoreño haga con frecuencia. No había muchos turistas en la playa en ese momento; a decir verdad era un escena bastante más cotidiana y menos turística de lo esperado.


El mejor patio de recreo que he visto en mi vida.

Fue buscando un área menos congestionada que nos encontramos una vendedora de pan de coco. El afamado pan de coco; el que "uno no debe irse de Tela sin probarlo". Tras buscar encargos específicos, recorriendo el pueblo de punta a punta bajo el brillante sol, llegó el mediodía. Y el almuerzo de pollo frito en "Auto Pollos", cerca de las lanchas de Garifuna Tours en la desembocadura del río Tela.