lunes, 22 de febrero de 2010

Un chero en Tela, Honduras (parte 2)

La Gran Central Metropolitana es el punto de bienvenida a la industrial urbe de San Pedro Sula. Una terminal de buses moderna y extensa la cual me recordó más a los centros comerciales de San Salvador, llena de establecimientos para comer o comprar. Fue ahí donde recibimos la gran sorpresa del viaje. Con base en la información de la guía "Honduras Tips", habíamos planeado tomar el bus que de ese lugar nos dejaría en Tela. Elegimos la empresa Hedman Alas (reconocidísima en ese país) por ofrecer un servicio directo de lujo. El viaje saldría 45 minutos después de nuestra llegada. Pero no fue así. Mientras la guía presentaba varias salidas al día, en realidad sólo eran dos diarias, siendo la siguiente a las 6:30 p.m. ¡Demasiado tarde! Necesitábamos otra opción, ¿Pero cuál? No nos costó encontrarla: Puede decirse que la opción nos halló a nosotros. Unos jovencitos nos jalonearon hacia el servicio de buses que representaban. Por 75 lempiras (unos 3.96 dólares) cada uno, nos entregaron de inmediato asientos y salimos al poco rato rumbo a Tela. Vimos varias cosas en el camino...

Sorprendente terminal de buses, ¡queremos una igual aquí! (imagen tomada de este foro).

sábado, 20 de febrero de 2010

ANIMAX en Tigo: Primeras impresiones

Todos los que protestamos la indefinición de Tigo en el caso Animax ya habíamos olvidado el tema. Pero el canal ya está disponible en el mayor sistema de cable en El Salvador desde este martes 16, tras años de espera. ¿Y qué les parece? En mi percepción, es algo con mayor similitud a MTV, con sus "reality shows" y entrevistas a rockeros mexicanos, que a contemplar un pedacito de cultura popular japonesa en nuestras pantallas. No tengo nada en contra de las repeticiones, al contrario, resultan ventajosas para quien tiene poco tiempo disponible (como yo).

De su programación, entre la sorpresiva "Fate Stay Night" y el extraño doblaje de "Death Note" se encuentra mi esperada satisfacción por "Black Jack". Una ingeniosa historia con un misterioso protagonista y su hilarante compañera. Por el momento, mi serie favorita de su programación: un tesoro entre series de surfistas enamorados y músicos del montón.

Según Black Jack, el diagnóstico médico sobre Animax no fue tan cruel.

viernes, 19 de febrero de 2010

Un chero en Tela, Honduras (parte 1)

Fueron meses los que dediqué a investigar. Horas las que tomé para decidir si valía la pena. Y toda una vida necesitaré para olvidar el viaje que realicé hacia un lugar de leyenda, ubicado en la costa atlántica del istmo centroamericano. Tela, un pequeño puerto en la república de Honduras. Lejos del lujo artificial de otros rincones más famosos (como Roatán, en esa misa zona geográfica). Sol, aguas de color turquesa, arenas blancas, gente alegre, platillos exóticos, el atractivo de la cultura garífuna… Todo resultaba demasiado irresistible para un empleado de oficina ávido de viajar. A diferencia de mi llegada a Copán, este viaje a Honduras sería por cuenta propia, sin agencias turísticas. "Mochileando", sería el término. Y no sería en solitario: por primera vez me acompañaría mi padre, a quien decidí invitar varios meses antes. Esto me hizo tomar unas consideraciones especiales. Primero, minimizar la cantidad de buses a tomar. Dos, evitar contratiempos en las fronteras. Al final, descubrí que podía efectuar el viaje en dos buses: uno desde San Salvador (mi ciudad) hasta San Pedro Sula (ya en Honduras) y otro más hacia Tela. Sin mencionar que todo ese viaje me tomaría exactamente nueve horas. Así, dotados del espíritu más aventurero del mundo, salimos hacia Puerto Bus, en San Salvador, donde un bus de la empresa "King Quality" (la única que lleva directo a San Pedro Sula) partiría a las siete de la mañana. Me la habían recomendado por tener una atención de primera y una misteriosa puntualidad, todo a 41 dólares por persona. Por la carretera principal, fue serpenteando entre montañas y nubes espesas que blanquearon nuestra visión en más de una ocasión. Aire acondicionado, desayuno, bebidas frías y tres películas a bordo nos ayudaron a aguantar un encierro de siete horas. Los diversos poblados que cruzábamos nos mostraban una realidad muy cercana a la de nuestro país, pero no igual. Para un país con un nivel mayor de industria como El Salvador, ver Honduras es como ver un pasado envidiable, cuando había más parajes inmensos de naturaleza acogedora y menos deforestación. El largo recorrido llegó a su fin cuando se empezó a divisar el ajetreo de San Pedro Sula, segunda ciudad en importancia del país. La travesía acabó justamente a la entrada de la ciudad, en la sorprendente Gran Central Metropolitana.



¿Hasta dónde me llevarán mis aventuras? Hasta yo me sorprendo.